Manuelmedinamora

Citigroup obliga a Banamex Manuel Medina Mora Investigar

Manuel Medina Mora, copresidente de Citigroup y presidente del Consejo de Administración de Banamex, está dirigiendo una investigación interna que busca esclarecer la gestión del banco en el escándalo de Oceanografía.

La debacle de esta firma le costó 400 millones de dólares a Banamex, subsidiaria de Citigroup. La investigación está enfocada en revisar los procedimientos de lavado de dinero del banco.

Aunque Medina Mora tomó la iniciativa de la investigación, Citigroup anunció una reducción en su compensación económica a 9.5 millones de dólares en el 2013, en contraste con los 11 millones que adquirió un año antes. El aviso, que también puede afectar a otros ejecutivos, podría estar relacionado con el fraude de Oceanografía.

La gestión de Manuel Medina Mora al frente de Banamex, de 1996 al 2010, fue la carta de presentación para su nombramiento como copresidente de Citigroup en enero del año pasado.

En el 2013, Banamex reportó utilidades por mil millones de dólares, un alza del 16 por ciento respecto al año anterior.

Banamex, expuesto

Ejecutivos de Citigroup mencionaron que Banamex es vista como la caja negra del consorcio internacional, reporta The New York Times.

La subsidiaria mexicana se ha caracterizado por tener altas ganancias, un bajo nivel de transparencia y un nivel considerable de autonomía.

Tras la revelación del escándalo de Oceanografía, un vocero de Citigroup dijo que Banamex está sujeto a las políticas de control, riesgo y transparencia institucionales.

Las fuentes mencionadas por The New York Times señalaron que tras la crisis del 2008, Banamex realizó una lista negra de clientes mexicanos.

Los ejecutivos de Citigroup se refirieron a la lista como “el libro de clientes en la línea roja”. A partir de la información de este documento, el banco mexicano cortó vínculos con múltiples compañías nacionales para delimitar su exposición al riesgo. Oceanografía no formó parte de esta lista negra. A pesar de la reducción de clientes corporativos, el préstamo a estas entidades se incrementó establemente, según analistas.

El escándalo de la firma de servicios petroleros levanta preguntas relevantes acerca de si existe un riesgo sistémico para Banamex, y ha expuesto el peligro que un modelo de negocios basado en el tráfico de influencias significa para los bancos.

Banamex había alertado a sus inversores de bonos acerca de las acusaciones de corrupción que Oceanografía había enfrentado en el pasado. A pesar de eso, le otorgó préstamos de corto plazo por 585 millones de dólares.

Banamex otro Caso de Corrupción

Banamex: Escándalo de lavado y contratos

José Martínez Mendoza / Contracolumna
jmtzmdza1@prodigy.net.mx

Ahora le toca el turno a Banamex, después de los escandalosos casos de corrupción en la Comisión Federal de Electricidad, la cadena trasnacional de supermercados Walmart, el banco HSBC y hasta el Melate, la empresa de juegos y sorteos a cargo del gobierno donde se gestó un enorme fraude en detrimento de la institución y sus consumidores.
De acuerdo a informes confidenciales el Banco Nacional de México (Banamex), considerado como el banco número uno del país, se encuentra bajo la lupa de la Procuraduría General de la República por delitos de lavado de dinero, asignación de contratos en detrimento de la propia institución financiera por parte de ejecutivos desleales, así como un manejo discrecional de información de cuentahabientes que podría poner en riesgo sus ahorros e inversiones.
En el centro de este escándalo se encuentra Eduardo Moncada responsable de Vendor management subsidiaria de Banamex. Moncada es la punta de la madeja de un grupo de ejecutivos del Banco Nacional de México quienes deciden básicamente a qué proveedores se selecciona para hacer trabajos de desarrollo de software y otros trabajos de sistemas en Banamex.
A ese grupo está vinculado Gonzalo Padilla que trabajó en la empresa consultora Infoware hasta el 2010. De acuerdo a las pesquisas Eduardo Moncada favoreció a Infoware en detrimento del banco durante muchos años y lo sigue haciendo.
En el 2011 presuntamente llegó a un acuerdo con Stefanini (empresa consultora) para recibir una “cuota” por recurso contratado, es así que Stefanini ha recibido un trato preferencial por parte del banco en el último año en todos los proyectos.
Eduardo Moncada de alguna forma lava el dinero que recibe a través de Padilla y sus contactos con Stefanini.
El asunto podría resultar mucho más delicado toda vez que manejan la base de datos de los cuentahabientes de Banamex de una manera discrecional lo que pondría en riesgo no sólo las inversiones y ahorros, sino la misma seguridad de miles de clientes de esa institución bancaria.
Donde quiera que uno pone el dedo brota el pus. Es la corrupción que carcome tanto a servidores públicos como ejecutivos del sector privado.
De acuerdo a un estudio del Banco Mundial seis de cada 10 compañías que operan en México admiten que destinan una porción de sus ingresos a pagar sobornos a funcionarios públicos para obtener algún beneficio.
En ese sentido el Centro de Estudios Estratégicos del Tec de Monterrey estima que ocho de cada 10 empresas en nuestro país pagan sobornos para “agilizar permisos” y “corromper a funcionarios” para facilitar la conexión de servicios públicos, mientras que otro ocho de cada 10 empresas otorgan dinero para “evitar molestias” de inspectores, mientras que cinco de cada 10 empresas “pagan cuotas” para obtener contratos gubernamentales.
Algunos expertos estiman que los actos de corrupción le cuestan a México 30 mil millones de dólares anuales (no sólo en compras y obras públicas), lo que representa entre 3 y 4 por ciento del producto interno bruto, algo así como el 10 por ciento de los impuestos recaudados.
Banamex no podía sustraerse a este deprimente panorama que ahora pone a esta institución en el ojo del huracán.
Escándalo tras escándalo la confianza en el país se deteriora.
Ayer el escándalo de Néstor Félix Moreno Díaz, exsubdirector de Operaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), envuelto en un proceso penal por enriquecimiento ilícito tras haber recibido sobornos por más de 30 millones de pesos provenientes de empresas estadunidenses que fueron beneficiadas con contratos de la CFE.
Otro escándalo fue el desatado por las revelaciones del New York Times sobre la estela de corrupción de la multinacional cadena de supermercados Walmart que involucró directamente a funcionarios y gobernantes de México en los sobornos por más de 24 millones de dólares a cambio de favorecer en seis años a Walmart con más de 200 permisos, concesiones, licencias y autorizaciones, así como con 2 mil contratos.
Otro más fue el que protagonizaron ejecutivos del banco HSBC quienes aceptaron que sus estructuras financieras en México permitió el lavado de dinero de miles de millones de dólares procedentes del narcotráfico.
De acuerdo a este expediente HSBC en México, admitió incluso que el banco tuvo que cerrar varias de sus sucursales en puntos del territorio mexicano considerados de alto riego para el lavado de dinero proveniente del narcotráfico.
Ante el incontrolable caudal de corrupción de empleados, ejecutivos y hasta auditores de HSBC-México por parte del narcotráfico, el banco europeo admitió también que intervino para cancelar por lo menos 50 mil cuentas bancarias –que ayudó a abrir– de mexicanos en las Islas Caimán.
Por medio de estas 50 mil cuentas, según el reporte del Senado estadunidense, se sacaron de México más de 2 mil millones de dólares del narcotráfico.
Hoy le toca el turno a Banamex, el principal banco de México.

Pemex y Banamex: radiografía de un escándalo financiero a gran escala

El Banco Nacional de México (Banamex) es la institución financiera más antigua del país. Y ahora es también el centro de una polémica por la investigación que iniciaron autoridades mexicanas y estadounidenses ante un presunto fraude y lavado de dinero.
Es un caso que va más allá de lo jurídico y que desnuda las prácticas de corrupción que existen en algunos sectores públicos de México, según especialistas.

En la trama participa la empresa naviera Oceanografía, una de las contratistas más importantes de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), y que desde hace varios años ha sido señalada de operar irregularmente.

También se vinculan al caso una comisión legislativa que no pudo investigar denuncias de corrupción; un fiscal que cerró extrañamente una pesquisa judicial y familiares del expresidente Vicente Fox Quesada.

Se trata de uno de los escándalos financieros más importantes en los últimos años, y del que BBC Mundo le cuenta la historia:

Naviera bajo el agua

El centro de la polémica es la empresa mexicana Oceanografía que ofrece a Pemex Exploración y Producción –la principal subsidiaria de la paraestatal- servicios de instalación y mantenimiento de plataformas marinas, apoyo en la perforación de pozos, instalación de ductos submarinos así como transporte de personal y materiales diversos.

Entre 1999 y 2013 la empresa ganó unas 160 licitaciones públicas que le dejaron ganancias estimadas en 31.000 millones de pesos, unos US$2.300 millones.

La relación de la empresa y Pemex es polémica. Una comisión especial de la Cámara de Diputados estableció que en 2000 Oceanografía estaba virtualmente en quiebra pues debía 21 millones de pesos en impuestos. Incluso estuvo a punto de ser embargada por el Servicio de Administración Tributaria.

Al siguiente año, ya durante el gobierno del expresidente Vicente Fox, el adeudo fue condonado y a partir de ese momento la situación financiera de la empresa mejoró notablemente gracias a la asignación directa de contratos de Pemex lo cual se hizo de forma irregular, según detectó la comisión legislativa.

En su informe final, presentado en febrero de 2006, los diputados que investigaron el caso señalaron que dos hijos y un hermano de la esposa del presidente Fox, Marta Sahagún, fueron los responsables de gestionar la asignación de estos contratos a cambio del pago de una “jugosa” comisión.

Los señalados son Manuel y Jorge Alberto Bribiesca Sahagún, así como su tío Guillermo Sahagún. Oceanografía, el expresidente Fox y su esposa han negado que esa gestión hubiera existido.

El informe legislativo fue apoyado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que también encontró irregularidades en los contratos asignados a Oceanografía. Este organismo supervisa el gasto público en el país.

Tras las denuncias ese mismo 2006 la Secretaría de la Función Pública (SFP) inició una investigación, pues se encontró que Oceanografía violaba leyes de Obra Pública.

A pesar del escándalo durante el gobierno de Felipe Calderón se asignaron nuevos contratos a la empresa.

Los créditos de Banamex

El pasado 11 de febrero la SFP prohibió al gobierno federal establecer cualquier vínculo con Oceanografía, un procedimiento que se conoce como inhabilitación.

A partir de ese momento Banamex revisó los préstamos que había otorgado a la empresa y descubrió un probable fraude.

El banco estableció una línea de crédito por 7.650 millones de pesos, unos US$579 millones a través del sistema de descuentos por cobrar, es decir, que se liquidaría el adeudo una vez que Pemex pagara los servicios prestados por Oceanografía.

Pero su investigación encontró que muchos préstamos son incobrables pues menos de la mitad están avalados con contratos verdaderos ante la paraestatal.

La Procuraduría (fiscalía) General de la República intervino en el caso y descubrió que la empresa presentó a Banamex documentos falsamente respaldados por Pemex, por lo que determinó intervenir la contabilidad e instalaciones de la naviera.

Sin embargo la historia no termina aquí, pues según el procurador Jesús Murillo Karam en las pesquisas se encontraron indicios de lavado de dinero en las operaciones de Oceanografía.

Eso no significa que se vincule con el narcotráfico, aclaró el funcionario a medios locales, pues el delito inició cuando se obtuvieron recursos a través de un fraude.

“En el momento en que ese dinero después es utilizado de otra manera, se convierte en lavado de dinero”, explicó Murillo.

El caso ya trajo consecuencias. El banco estadounidense Citigroup, propietario de Banamex, bajó en US$235 millones su estimado de ganancias debido al presunto fraude de Oceanografía.

El consorcio también reconoció una investigación de la oficina del Procurador en Massachussets, sobre una posible violación al secreto bancario y las leyes contra el lavado de dinero.

Citigroup y Banamex han dicho que cooperan con las autoridades de México y Estados Unidos, y asegura que habrá sanciones a los empleados que hayan participado en el presunto fraude

Fraude Banamex Oceanografia Video CNN Expansion

Oceanografía tiene deudas con empresas de Holanda y EU

 

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Video CNN Expansion

http://www.cnnexpansion.com/videos/2014/03/25/oceanografiia-expansioin-mov

 

 

 

Oceanografia Fraude con Ingenieria financiera Banamex

Oceanografía, fraude con ingeniería financiera

03 de Marzo, 2014
José Yuste

Cuando Banamex y Pemex se sentaron a cotejar las cifras de la empresa Oceanografía, vieron de inmediato cuentas por cobrar falsas, fianzas que no se pagaron y contratos apócrifos. La conclusión de ambos fue contundente: estaban frente a un fraude complejo, de alta ingeniería financiera, cuya realización sólo pudo lograrse mediante la complicidad de la empresa, pero también de personal de la paraestatal y del banco.

Ahí es cuando intervino la PGR que, dicho sea de paso, se movió muy rápido.

Oceanografía, segunda proveedora de Pemex

El daño está hecho. Oceanografía es la segunda proveedora marítima de Pemex. De ese tamaño. Sólo está por debajo de la compañía del empresario Ramiro Garza (Grupo R).

De ahí la complejidad de los contratos, donde cada uno de ellos tuvo que pasar por filtros completos y variados dentro de Petróleos Mexicanos, y ni se diga de los comités de evaluación de los créditos dentro de Banamex.

Oceanografía pertenece a Amado Yáñez Osuna, un empresario que terminó comprando el equipo de futbol del Club Quéretaro (Los Gallos Blancos del Querétaro).

Ponen a la venta al Querétaro

Pero desde hace un par de semanas, antes de que se hiciera público el fraude en su empresa, Amado Yáñez ya había puesto a la venta el club.

Yáñez ha tanteado la venta del Querétaro tanto al gobierno de la entidad, encabezado por José Calzada, como para un grupo de empresarios que podría tomarlo si la Federación Mexicana de Futbol, la Femexfut, brinda su permiso.

La venta del equipo de futbol urge, porque así se puede enviar un mensaje de que los equipos no son para lavar dinero, como en otros tiempos se comentó de otros empresarios en desgracia con equipos locales.

Pemex lo detectó en auditoría interna

El fraude de Oceanografía fue detectado, primero, por Pemex. Petróleos Mexicanos, mediante una auditoría interna, encontró irregularidades en los contratos con Oceanografía. Ahí empezaron a jalar la madeja.

Pemex, dirigida por Emilio Lozoya, mandó una advertencia a todos los que tenían tratos con Oceanografía, pues ya no iba a ser su proveedora por 21 meses y 12 días.

La empresa no podría proveer ni a la paraestatal ni a ninguna otra entidad del gobierno mexicano. En ese momento, Banamex prendió las alarmas.

Banamex, era seguro cobrar a Pemex

Banamex, dirigido por Javier Arrigunaga, tenía fuertes razones para prestarle a Oceanografía: era la segunda proveedora de Pemex, y Petróleos Mexicanos cumple sin riesgo con sus compromisos de pago.

Lo que estuvo fuera del radar de todos, porque casi era imposible, era maquinar un fraude como el que se estaba realizando.

Oceanografía tuvo que corromper a funcionarios de alto nivel en Pemex y varios ejecutivos en Banamex.

Fue cuando el equipo de Arrigunaga se juntó con el de Lozoya. Banamex y Pemex cotejaron las cuentas, y el monto del boquete fue asombroso: 400 millones de dólares.

400 mdd en contratos falsos

Banamex le dio créditos a Oceanografía por 585 millones de dólares, y los contratos válidos con Pemex sólo fueron 185 millones de dólares.

Quiere decir que Oceanografía falsificó 400 millones de dólares en contratos.

Banamex tuvo que informar a sus accionistas que había reparado el boquete financiero, que llegó a ser de 2% del capital contable del banco.

Claro que Banamex está  bien capitalizado. Su nivel de capitalización se encuentra en 13.5%, con todo y la reserva a cartera del fraude.

Este fraude fue anunciado por Banamex a las autoridades financieras.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores, presidida por Jaime González Aguadé, dio a conocer que investigará para detectar otros posibles delitos financieros, e hizo público que el nivel de capital del banco es adecuado.

El banco reservó y redujo ganancias

La mayoría del fraude hecho por Oceanografía a Banamex fue por los créditos de corto plazo para proveer a Pemex, los cuales tenían como garantía las cuentas por cobrar a la petrolera.

De manera independiente, Banamex otorgó 33 millones de dólares en préstamos directos.

Citigroup tuvo que disminuir sus ingresos obtenidos en 2013. Lo hizo en un monto fuerte: 360 millones de dólares antes de impuestos.

Punta del iceberg: investigan en Pemex y Banamex

El corolario final. Amado Yáñez, de hablar de cómo iba a aprovechar las ventajas de la Reforma Energética en el sector marítimo, ahora tendrá que explicar de dónde sacó 400 millones de dólares de contratos inexistentes. Su empresa está intervenida por el SAE. Su equipo de futbol está puesto a la venta.

Y las pesquisas en Pemex y Banamex siguen a profundidad. El fraude de Oceanografía con nombres de funcionarios o familiares ligados a funcionarios de los últimos dos sexenios, fue de pronóstico reservado: hecho con alta ingeniería financiera y falsificando todo lo falsificable para obtener 400 millones de dólares de contratos que jamás existieron. Parece ser la punta del iceberg. Siguen las pesquisas.

Este artículo fue publicado en Excélsior el 3 de marzo de 2014

Las pistas de Javier Arrigunaga, Banamex y Fobaproa en el caso Oceanográfica

Las pistas de Javier Arrigunaga, Banamex y Fobaproa en el caso Oceanográfica

José Luis Camacho Acevedo @jlca007 mar 4 mar 2014 09:05

No es posible que el país les haya pagado un rescate de un MILLÓN DE MILLONES de pesos a los banqueros que nunca han cumplido su cometido de financiar el desarrollo.

En el despacho de Liébano Saénz en Los Pinos había una pintura muy rara. Parecía una salamandra petrificada. Cuando la vi por primera vez Liébano observó mi extrañeza.

Y me dijo con muy buen sentido del humor:

“¿Está raro y feo verdad el cuadro verdad? Es el FOBAPROA.”

Días más tarde le enseñé a Liébano un reporte que me había entregado el despacho de abogados de San Francisco, Cal.,  cuyo principal accionista era mi amigo el fallecido Gerry Hernández.

El despacho había sido requerido por Del Monte para que asegurara cerca de 12 millones de dólares que dejó en calidad de anticipo el banquero Carlos Cabal Peniche para concretar la compra de Del Monte Fresh.

El dinero pertenecía a una organización creada por el ex banquero tabasqueño denominada GEAM, Grupo Empresarial Agrícola Mexicano.

Pero los inversionistas estaban perdidos porque Cabal Peniche no había requerido de la empresa Del Monte ningún documento que protegiera la mencionada cantidad que les entregó.

Esa irregular operación no gustó nada a los empresarios de la mencionada empresa y se protegieron para un eventual cargo por lavado de dinero una vez que ingresaron a sus cuentas el dinero y como Cabal Peniche jamás se volvió a parar en San Francisco, estaban justamente preocupados.

En cuestiones de lavado de dinero los empresarios de Estados Unidos son extremadamente precavidos.

Liébano me dijo que el asunto era delicado. Pero que él no tenía competencia y que lo tomaba solo como información. Y yo le aclaré que con esa finalidad se lo estaba compartiendo.

Entonces le comenté lo primero que se me vino a la mente. “Para eso rescataron los bancos. Para que los banqueros siguieran haciendo sus chingaderas. Eso de verdad está tan feo como tu cuadro del FOBAPROA”.

Concluí: No es posible que el país les haya pagado un rescate de un MILLÓN DE MILLONES de pesos a los banqueros que nunca han cumplido su cometido de financiar el desarrollo.

Por eso ahora la reforma financiera peñista está diseñada para obligar a los bancos a que apoyen a los productores y no solo especulen con el crédito al consumo. Una operación que regularmente aniquila la economía de las familias de la clase media para abajo.

En los días recientes se conoció la noticia de que en Estados Unidos están investigando a Citi Group y su filial en México, BANAMEX, por acciones que presumiblemente tipifican el delito de lavado de dinero.

Un juez del distrito de Massachusetts ordenó una revisión de las operaciones de la institución que pudieran ser objeto de omisiones en sus controles obligados sobre operaciones de lavado de dinero.

El quebranto manifestado por BANAMEX en relación al fraude que cometió en su perjuicio la polémica empresa naviera y de servicios marítimos petroleros Oceanografía S.A. prendió los focos rojos en la comisión de valores de aquel país, la SEC por sus siglas en inglés.

Y entonces reapareció el nombre de Javier Arrigunaga en otro quebranto de BANAMEX, como el que operó en favor de esa institución cuando era director del FOBAPROA firmando un pagaré por 60 mil millones de pesos para el rescate de la institución.

Entones el presidente de BANAMEX era Roberto Hernández, emparentado políticamente con Javier Arrinunaga. El vínculo es el fallecido potosino Íñigo Laviada Arrigunaga.

Ayer el procurador mexicano Jesús Murillo Karam afirmó que en el caso Oceanografía y la participación financiera de BANAMEX son investigados varios funcionarios de esa institución. La PGR está atendiendo presumibles conductas de la empresa naviera y el banco que la financió, ya que estas operaciones pudieran ser calificadas como lavado de dinero.

Y revisé mi archivo del FOBAPROA para ver los contactos políticos y empresariales de Javier Arrigunaga, que es ahora director de BANAMEX y para colmo presidente de la Asociación Mexicana de Banqueros.

¡Tómala!

El banquero Arrigunaga es primo carnal de la esposa de Felipe Calderón, Margarita Zavala Gómez del Campo.

También es familiar de personajes como la esposa del ex gobernador de Sonora, Eduardo Bours, que tuvo en sus manos una millonada que bajo las siglas de UCABE, fue conocida como el Barzón de los ricos.

Por haber firmado los pagarés del FOBAPROA Arrigunaga Gómez del Campo fue objeto de una instrucción de juicio político en la cámara de diputados. Mismo que esquivó gracias a los diputados panistas y priístas el 5 de diciembre de 1998.

En esa sesión los diputados de izquierda informaron que tenían documentados ya 600 mil millones de pesos aplicados patrimonialista e irregularmente por Javier Arrigunaga como encargado del FOBAPROA.

En esa ocasión el líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador calificó la acción del FOBAPROA como violatoria de las leyes existentes sobre el endeudamiento público.

Terminada su función en el IPAB, Javier Arrigunaga se fue como representante de México a la OCDE por la gracia de Felipe Calderón, su tío político.

Regresó a México, otra vez de la mano de Roberto Hernández, y fue impulsado por el ex director de BANAMEX para que ahora los nuevos dueños del banco, Citi Group, le encargaran la conducción de esa su ya muy conocida institución.

Y si antes fue la cámara de diputados la que pidió juicio político para Arrigunaga Gómez del Campo, ahora es la SEC, institución del gobierno norteamericano encargada de vigilar el comportamiento de las instituciones financieras, la que tiene nuevamente en la mira al suertudo financiero.

Los nombres de Dionisio Pérez Jácome, emparentado con el segundo socio capitalista de Oceanografía, Martín Díaz; Ernesto Cordero Arroyo, aspirante a la presidencia nacional del PAN bajo el impulso de Felipe Calderón, (que gracias a los cabildeos de Juan Camilo Mouriño y Leonardo Olavarrieta quitó de en medio a los hermanos Bribiesca para quedarse ellos con los tratos oscuros de Oceanográfica con PEMEX (y de los cuales Cordero Arroyo tuvo un amplio conocimiento), así como de políticos panistas como el queretano Francisco Domínguez, financiado en sus campañas por los hermanos Rodríguez Borgio acusados de vender gasolina ordeñada en sus establecimientos y por la que uno de ellos tiene librada una orden de aprehensión en su contra, irán apareciendo hasta que la PGR forme el rompecabezas final del estercolero de Oceanografía.

Pistas para llegar al lavado de dinero hay de sobra en este caso.

Sería lamentable que nuevamente el imperio de la impunidad deje a salvo a los más grandes saqueadores del país.

EN TIEMPO REAL.

1.- Desde que recibió el cobijo de Gustavo Madero haciéndolo parte del fenecido Pacto por México, el ex secretario de gobernación de Vicente Fox, Santiago Creel Miranda se había comportado discreto. Pegadito a la pared para no notarse como dicen los clásicos del sistema. Pero ahora que se ven implicados varios de los funcionarios de Oceanografía en el negocio de los casinos irregulares, Santiago Creel vuelve a ser objeto de investigaciones. Seguramente pensó que su cercanía a Gustavo Madero lo protegería de su pasado. Pero ahora se ha convertido en el asesor incómodo del aspirante a reelegirse como líder nacional del PAN.

2.- Contundentes las estadísticas de Consulta Mitofsky de Roy Campos en el sentido de que México, según datos de la CEPAL, fue superado como país atractivo para los inversionistas mundiales por Brasil, Colombia y Perú. La economía sigue en fase crítica. Ya estamos en el tercer mes del año, y no avanza.

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Director General Banamex Involucrado Oceanografia

oceanograficaImpunidad presidencial, detrás de los fraudes de Oceanografía

A pesar de que las autoridades federales conocían su sistemático comportamiento delictivo, que incluía el uso de facturas apócrifas para conseguir créditos bancarios, Oceanografía tuvo total impunidad en el panismo. Sus “cabilderos” pertenecieron siempre al primer círculo de la Presidencia de la República: Marta Sahagún, Manuel y Jorge Bribiesca, Guillermo Sahagún, Felipe Calderón, César Nava y el fallecido Juan Camilo Mouriño. Los casos de Bancomext, Banco Interacciones y Banamex son una muestra de los fraudes financieros cometidos por la compañía de Amado Yáñez Osuna. En el último caso, las complicidades podrían alcanzar las relaciones del CEO?de Banamex y pariente del expresidente Calderón, Javier Arrigunaga, por su relación con Martín Díaz Álvarez, director financiero de la empresa y sobrino del exsecretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz

| 10 de marzo de 2014

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Las redes criminales que investigan las autoridades de México y de Estados Unidos en el caso de Oceanografía, SA de CV, han tocado al primer círculo de la Presidencia de la República en los sexenios panistas. Desde 2001, los dueños de la compañía naviera –encabezados por Amado Yáñez Osuna y Martín Díaz Álvarez– establecieron relaciones “comerciales” con Marta Sahagún, Manuel y Jorge Bribiesca, Guillermo Sahagún, Felipe Calderón, César Nava y el fallecido exsecretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.

Entre las líneas de investigación también destaca el vínculo del exdirector financiero de Oceanografía y presidente de Caja Libertad, Martín Díaz con el director de Banamex, Javier Arrigunaga Gómez del Campo, exdirector del Fondo Bancario de Protección al Ahorro, primo hermano de Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del expresidente Calderón, y muy cercano colaborador de Francisco Gil Díaz.

Según las indagatorias que se practican, el accionista de Oceanografía actualmente investigado por lavado de dinero y fraude financiero, fue el encargado de reestructurar las deudas de la contratista de Petróleos Mexicanos (Pemex). En ese tenor, tuvo la encomienda de gestionar los créditos con Banamex.

Así, las operaciones que derivaron en los créditos a favor de Oceanografía por 585 millones de dólares –de los cuales se habrían defraudado 360 millones a la institución financiera por el uso de facturas apócrifas y la insolvencia de la compañía– se habrían negociado con el directivo de la filial de Citigroup en México, Javier Arrigunaga.

En estas operaciones sobresalen dos datos: el primero es la relación familiar de Martín Díaz Álvarez con el exsecretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco Gil Díaz; el segundo es el nexo de este último con Javier Arrigunaga. Y es que en sus años de subsecretario de Ingresos, Gil Díaz habría establecido una muy cercana cooperación con el entonces director del Fobaproa.

A las autoridades no se les escapa el hecho de que, como secretario de Hacienda, Gil Díaz autorizó en 2002 la venta de Banamex a Citibank a través de la Bolsa Mexicana de Valores, lo que costó al erario 35 mil millones de pesos.

Revista Contra Linea Fraude Oceanografia

En la Revista Contra Linea Involucran al Director General de Banamex con los Fraudes de Oceanografica.

Las pistas de Javier Arrigunaga, Banamex y Fobaproa en el caso Oceanográfica _ SDP Noticias

Las complicidades de Oceanografía

Dos años antes de que Vicente Fox dejara la Presidencia de la República, poder que compartía con su esposa Marta Sahagún, los hijos de ésta –Manuel y Jorge Bribiesca– y su hermano Guillermo Sahagún ya estaban identificados en el sector público federal como los Coyotes de Los Pinos, en donde lo mismo gestionaban contratos públicos en beneficio de empresas privadas, que negociaban “perdones fiscales” para empresarios “amigos” que les pagaban jugosas comisiones.

Todas esas operaciones de tráfico de influencias y abuso de poder fueron documentadas desde 2004 en esta columna y en las revistas Contralínea y Fortuna; sin embargo, los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón no sólo permitieron la corrupción, sino que la encubrieron hasta el grado de promover desde Los Pinos múltiples demandas a través de empresas privadas corruptas en contra de los periodistas responsables de estas investigaciones, a fin de evitar que se publicaran más informaciones sobre dichas operaciones promovidas y solapadas desde la Presidencia de la República en los últimos 2 sexenios.

Una de esas empresas es Oceanografía, propiedad de Amado Yáñez Osuna, ahora intervenida por las autoridades federales bajo acusaciones de fraude, lavado de dinero, falsificación de documentos oficiales y, muy pronto, delincuencia organizada, pues según fuentes internas de esa empresa habrían vínculos con el Cártel del Golfo.

Con esta acción, el gobierno de Enrique Peña Nieto tiene la oportunidad de enfrentar con seriedad uno de los casos de corrupción que involucran directamente a los expresidentes Fox y Calderón, pues ambos protegieron a la empresa y autorizaron desde Los Pinos que Petróleos Mexicanos (Pemex) le asignara contratos por miles de millones de dólares sin importar que no tuviera la capacidad técnica ni los equipos y barcos para prestar esos servicios petroleros.

Oceanografía sólo era una intermediaria de otras empresas propietarias de barcos y equipos técnicos para proporcionarle servicios a Pemex en plataformas marinas y en tierra. Amado Yáñez era el corruptor de funcionarios petroleros y políticos para que le otorgaran a su empresa contratos millonarios, y en esa labor fue apoyado por la familia Bribiesca y por el mismo Felipe Calderón, su secretario particular César Nava y su amigo Juan Camilo Mouriño (quien falleció en noviembre de 2008 en un accidente aéreo).

La relación inició justamente por Mouriño, a quien se le identificaba como amigo de Amado Yáñez, ambos de Campeche. Fuentes cercanas a ambos narran que el exsecretario de Gobernación incluso gestionó que Amado aportara recursos a las campañas electorales de Felipe Calderón, a la Presidencia de la República, y Juan Carlos del Río, al gobierno de Campeche en el proceso de 2006.

Esta circunstancia estrechó aún más la relación entre Yáñez y Calderón. El vínculo le redituó muy bien a Oceanografía, al grado de que tras perder una licitación en Pemex por más de 1 mil 600 millones de dólares, la estrategia de defensa en tribunales (una demanda de amparo) se delineó en la misma Procuraduría General de la República (PGR) y se concretó a través del despacho de Antonio Lozano Gracia, quien por sus servicios cobró a la naviera 3 millones de dólares.

Lejos de aquella época, en los últimos meses, Amado Yáñez intentó diversificar sus negocios y compró equipos de futbol y también buscó incursionar en la prensa mediante un contrato que firmó con el periódico El Universal, el cual establece el uso de la franquicia de El Gráfico en Campeche por 40 años y el monto sería de 1 millón de dólares.

De ese contrato, Yáñez apenas alcanzó a pagar 300 mil dólares antes de salir huyendo para evitar la acción de la justicia. El asesor jurídico del empresario en sus operaciones fue el abogado de Oceanografía, Ulrich Richter Morales, quien negoció el convenio con El Universal.

Amado Yáñez y Cabal Peniche

Con un estilo de hacer negocios de saliva mediante actos de corrupción, muy parecido a lo que en su momento logró Carlos Cabal Peniche, aquel empresario también oriundo de Campeche, Amado Yáñez Osuna contrató a Martín Díaz, sobrino del exsecretario de Hacienda y Crédito Público Francisco Gil Díaz, para que se responsabilizara de la dirección financiera de la empresa, y a cambio le entregó 10 por ciento de las acciones de Oceanografía y le pagaba 1 millón de dólares mensuales, lo que le garantizaba a Yáñez la obtención de créditos por millones de dólares de Banamex-Citibank, avalados con facturas apócrifas de Pemex.

¿Por qué sólo el nombre de Martín Díaz le garantizaba a Oceanografía la obtención de créditos multimillonarios de ese banco estadunidense?

La respuesta es porque la Dirección General de Grupo Financiero Banamex-Citibank está a cargo del mexicano Javier Arrigunaga Gómez del Campo, pariente de Margarita Zavala Gómez del Campo (esposa de Felipe Calderón). Arrigunaga logró ingresar a esa institución financiera en 2002 promovido por Gil Díaz, cuando éste se desempeñó como secretario de Hacienda en el gobierno de Vicente Fox.

La influencia de Gil Díaz en Banamex es porque como secretario de Hacienda condonó, en 2002, el pago de impuestos por la venta de ese Grupo Financiero al banco estadunidense Citibank. Operación que se realizó por medio de la Bolsa Mexicana de Valores.

Entonces la conexión entre Arrigunaga-Banamex y Martín Díaz se llama Gil Díaz. Por esta razón, Arrigunaga autorizó los créditos por alrededor de 500 millones de dólares a Oceanografía con el uso de facturas apócrifas, sin que éstas fueran verificadas al interior del banco. Al respecto, cualquier empleado bancario sabe que es obligatorio confirmar la veracidad de los documentos para la obtención de créditos de esas magnitudes, de tal manera que la PGR tendrá que citar al director general de Banamex para que explique su intervención en la operación.

De acuerdo con fuentes internas de Oceanografía, fue en noviembre pasado cuando Amado Yáñez se enteró de la investigación que había en contra de Martín Díaz, quien también dirigía la Caja Libertad y se ostentaba como dueño de la misma, bajo acusaciones de blanqueo de capitales. De Caja Libertad salían 5 millones de pesos mensuales para financiar el equipo Querétaro.

Pero atrás de Martín Díaz y Amado Yáñez están los hermanos Francisco Javier y Óscar Rodríguez Borgio, propietarios de la empresa Grupo Gasolinero Mexicano (GGM), quienes son investigados desde el año pasado por robo de combustibles y presunto lavado de dinero del crimen organizado. Estos empresarios también son dueños de los casinos Big Bola, integrados por 18 salas de juego en el país.

El sobrino de Gil Díaz fue el responsable de reestructurar la deuda de Oceanografía y presumía, en reuniones privadas, ser el verdadero dueño del equipo Querétaro de primera división del futbol profesional.

La última operación financiera que hizo Martín Díaz a favor de Oceanografía fue apalancar a la empresa con 160 millones de dólares con un crédito del Fondo de Inversión Pareto, de Noruega, el cual reclama el barco Osa Goliath para recuperar su dinero; sin embargo, quienes han estado en dicha embarcación aseguran que la nave tiene una placa que dice GGM Energy, lo que significaría que los dueños son los Rodríguez Borgio.

En las oficinas de estos empresarios hay 14 maquetas con los barcos que Oceanografía ostenta como suyos, pero que en realidad pertenecen a la empresa GGM y simulaban ser de Oceanografía para la obtención de contratos en Pemex. Oceanografía cuenta también en sus activos con tres aeronaves con los nombres de Néctar 1, Néctar 2 y Néctar 3.

En diciembre del año pasado, Martín Díaz y Amado Yáñez –como nuevo empresario rico– organizaron una fiesta en un rancho de Querétaro; para amenizarla y festejar a sus “amigos” políticos contrataron los servicios de “conejitas de Playboy”.

La primera aparición de Yáñez Osuna ante la sociedad queretana, una vez que adquirió el equipo de futbol local, fue el 28 de junio de 2013. Entonces Martín Díaz lo presentó ante los medios como el nuevo propietario del Querétaro, para evitar especulaciones de que en el equipo se manejaba dinero ilícito y de que había sido comprado para lavar dinero. A la fiesta asistieron políticos del gobierno del estado, aunque el mandatario local se abstuvo de estar presente.

Amado Yáñez solía despachar en una suit del hotel St Regis Mexico City, ubicado en la avenida Paseo de la Reforma en el centro de la capital del país, acompañado de su esposa Verónica González. Las últimas semanas antes de huir del país, se presume que viajó a Miami, Estados Unidos.

Una de las anécdotas que cuentan los allegados de Yáñez tiene que ver con las publicaciones periodísticas: dicen que en diciembre pasado le llevaron todas las ediciones de las revistas Contralínea y Fortuna en donde se daba cuenta de las operaciones que Oceanografía había realizado desde 2004 a la fecha. A fin de establecer una estrategia de defensa en la prensa, le preguntaron qué era cierto y qué era falso de todo lo escrito por los reporteros de esas publicaciones. La respuesta de Amado Yáñez, cuentan las fuentes, fue contundente: “todo es cierto”.

Otro fraude de Oceanografía por 30 millones de dólares

Los gobiernos de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón siempre tuvieron evidencias de la corrupción de Oceanografía.

En información documental obtenida de Bancomext a través de los órganos de transparencia, se documenta ampliamente la corrupción de Amado Yáñez y su empresa. Hay créditos que ese empresario obtuvo mediante engaños y simulaciones del Banco Nacional de Comercio Exterior por más de 30 millones de dólares, al utilizar cinco facturas apócrifas de Pemex que sirvieron de garantía para obtener financiamiento ilegal de dicha institución financiera. Esto lo hizo en 2004 y 2005.

Las evidencias son un par de oficios enviados por el coordinador de Recursos Financieros de Pemex Exploración y Producción (PEP), Pedro Martínez Alonso, al gerente de Auditoría B del Órgano Interno de Control de Bancomext, Raúl Muñuzuri Becerra, en donde le solicita su intervención para esclarecer el caso relativo al contrato PEP-0-IE-504/05 de la empresa Oceanografía.

En uno de los oficios señala que “con la finalidad de atender el requerimiento de información hecho mediante su comunicación número GAB-182/05, de fecha 29 de agosto de 2005, recibido en esta Subdirección el día 2 de septiembre del presente, referente a la operación realizada por la empresa citada en el asunto con la factura 15172 de fecha 16 de agosto de 2005, por un monto de 30 millones 363 mil 416 dólares; informo a ustedes que después de revisar la información financiera correspondiente al contrato PEP-IE-504/05, celebrado por PEP-SIDOE con la empresa Oceanografía, se encontró que al corte del 6 de septiembre de 2005, no se ha realizado ningún pago con cargo a este contrato, ni existen estimaciones o facturas en proceso de autorización” [sic].

En el otro oficio señala que “continuando con nuestro oficio citado en antecedentes, reiteramos que la factura 15172 no se encuentra en proceso de trámite de pago o autorización en nuestra área financiera ni en la residencia de obra correspondiente, no omitimos señalar que el contrato en cuestión a la presente fecha no ha devengado ningún avance financiero”.

Es decir, Amado Yáñez falsificó documentos de Pemex para obtener financiamientos por más de 30 millones de dólares de Bancomext, institución que al descubrir el fraude exigió el pago inmediato del crédito.

En aquel entonces Pemex presentó una denuncia penal por fraude en contra de Oceanografía ante la Procuraduría General de la República, en donde se abrieron los expedientes AP/PGR/DDF/SPE-XXII/788/06-03 y A.P.606/2005-1, mesa XXII de la Subprocuraduría de Procedimientos Especiales, con la agente del Ministerio Público Clara Lilia Abitia García.

Sin embargo, aunque el fraude se cometió a finales de 2005, nada hizo el gobierno de Vicente Fox, y con Felipe Calderón continuó la impunidad y protección a Oceanografía y su dueño Amado Yáñez, quien había corrompido a la Presidencia de la República mediante cuantiosos sobornos.

También la Secretaría de Hacienda y sus titulares fueron cómplices, porque a pesar de que en las auditorías a esa empresa se descubrieron múltiples irregularidades y evasiones fiscales, se le perdonaron los créditos. Todo lo anterior no se explica sin el apoyo de políticos y funcionarios de los gobiernos foxista y calderonista.

Los Bribiesca

En la pasada administración, los hermanos Manuel y Jorge Bribiesca Sahagún, y su tío Guillermo Sahagún, hermano de Marta, gestionaron contratos a favor de Oceanografía y solicitaron el “perdón fiscal” para el Grupo Miguel, admitió en dos entrevistas que le hizo este reportero al hijo primogénito de la esposa de Vicente Fox.

Acusados de tráfico de influencias y peculado, Manuel y Jorge Bribiesca fueron blanco de investigaciones en la Cámara de Diputados. Una comisión especial se encargó de revisar las actividades de la empresa Construcciones Prácticas por causar un quebranto al erario por casi 6 mil millones de pesos. Los hijos de Marta Sahagún obtuvieron estos recursos de los fraudes en los contratos signados entre la empresa Oceanografía y Pemex.

En la entrevista, Manuel Bribiesca aceptó que él y sus familiares gestionaron contratos a favor de la empresa Oceanografía, ahora investigada por las secretarías de la Función Pública y la Secretaría de Hacienda, así como la Procuraduría General de la República. Además, reconoce haber asumido la “defensa” del Grupo Miguel por considerar que había una persecución fiscal injusta contra el consorcio.

En dos entrevistas realizadas a finales de 2004 y principios de 2005 y publicadas en la columna Oficio de papel, Manuel Bribiesca revela los pormenores de las relaciones personales y de poder que lo llevaron, junto con su hermano Jorge y su tío Guillermo, a traficar influencias.

Bribiesca admitió haber pedido protección al entonces secretario de Seguridad Pública, Ramón Martín Huerta, a favor del empresario Alfredo Miguel, en ese entonces prófugo de la justicia por cargos de evasión fiscal.

Además, dijo que sus familiares solicitaron a la Dirección Corporativa de la paraestatal Pemex que asignara un contrato a Oceanografía por 154 millones de dólares (1 mil 800 millones de pesos), para el alquiler de un barco grúa que le daría servicio a las plataformas en la sonda marina de Campeche.

En la primera reunión, Manuel Bribiesca Sahagún reveló: “Te debo decir que sí; mi hermano [Jorge] y mi tío [Guillermo] llamaron a Pemex para que le dieran un contrato a Oceanografía. Eso sí, siempre con apego a la legalidad, mediante concurso. Esa empresa se dedicada a trabajos petroleros, mi hermano y mi tío conocen bien a los dueños. Así que no tiene nada de malo que soliciten en Pemex que se tome en cuenta a Oceanografía para ese contrato.

Ésta es la entrevista:

—Manuel, pidieron un contrato de 160 millones de dólares. Y esto significa tráfico de influencias, porque lo hacen a cambio de una comisión. Tu familia puede verse involucrada en acusaciones de corrupción.

—No, no, no. Nosotros no tenemos dinero y no hemos hecho ningún negocio sucio. Mi familia no tiene ni un quinto; que nos busquen.

—Pero sí solicitaron el favor en la Dirección General de Pemex…

—Sí. Ellos lo hicieron por la relación que tienen con los dueños de Oceanografía. Además, se trata de un negocio en el que la operación del buque significa sólo 60 millones de pesos, así que hay utilidades por 100 millones [de dólares].

—Es mucho dinero…

—Sí, y no hay nada ilícito.

—A ti te acusan de introducir mercancías de contrabando al país.

—No, no, de eso no hay nada, yo no tengo nada que ver con Aduanas ni con Gil Díaz. No es mi amigo. Eso no es cierto, son difamaciones. Que nos busquen y no van a encontrar nada.

—¿Dices que no tienen dinero, que tu familia no tiene recursos?

—No tenemos nada. El hecho de que mi mamá y el presidente vivan en Los Pinos no ha significado para nosotros tener dinero.

—No tendría por qué.

—Bueno, hasta nos quitaron la “partida secreta”, ya no les dan recursos.

Esa partida desapareció desde el quinto año de gobierno de Ernesto Zedillo. No fue por honestidad, sino para impedir que fueran investigados por el desvío de fondos públicos, como le sucedió a Carlos Salinas, pues a esa “partida secreta” se le asignaba una buena parte del presupuesto federal y, aunque no fuera auditada, no significaba que podía usarse ilícitamente.

—La “partida secreta” no es para gastarla en asuntos personales.

—Pero por eso no tenemos dinero. Hasta el presidente Fox se ha opuesto a que nosotros nos acerquemos a Los Pinos. Tenemos prohibido hacer cualquier negocio que relacione a la Presidencia de la República, pero tenemos que ganarnos la vida, y no porque mi mamá viva con el presidente nosotros vamos a dejar de trabajar.

—¿Tú hiciste negocios en Pemex?

—No, nada tengo que ver ahí; los que llamaron fueron mi hermano [Jorge] y mi tío [Guillermo]. También a mí se me acusaban de tener negocios con Carlos Ahumada, pero eso no es cierto. Un día él me invitó a ver un partido de su equipo León y yo asistí al palco, y allí platicamos brevemente y nos tomaron fotos, pero nunca tuve una relación con él ni hice negocios.

—¿Entonces las acusaciones de corrupción en tu contra son falsas?

—Sí, totalmente. Y si quieres saber de corrupción, de verdadera corrupción, debes investigar a Ramón Muñoz, lo que hace en Los Pinos. A Francisco Gil, en Hacienda…

—¿Qué han hecho?

—Después hablamos de eso. Por ahora te digo que no tengo nada que ver con las acusaciones que me hacen. Sobre todo, no tengo negocio alguno de qué avergonzarme.

—¿Y Gil Díaz?

—Investiga los depósitos multimillonarios que se han hecho en China.

En la segunda entrevista, ocurrida el 27 de enero de 2005, el primogénito de Marta Sahagún habla del una “persecución fiscal injusta” contra 80 empresas del Grupo Miguel y de un cuantioso fraude contra la empresa Servicios Aéreos del Centro, SA (SACSA), fraguado, señala, desde las oficinas del entonces secretario de Hacienda.

Según Manuel Bribiesca, Gil Díaz se coludió con su sobrino Alfonso Díaz Percher, representante legal de la empresa Operadora de Aviación General de Toluca, SA de CV (OAG), para apoderarse de 75 mil metros cuadrados de modernas instalaciones aeroportuarias construidas en el Estado de México, con un costo de 75 millones de dólares, rentadas en 12 millones de dólares a la entonces Policía Federal de Preventiva.

El intrincado conflicto de intereses lo enfrentó con funcionarios del primer equipo del gobierno de Vicente Fox, al hacer una recia defensa de “sus amigos” del Grupo Miguel. “Es injusto lo que hace Gil Díaz contra ellos: primero los persiguió fiscalmente hasta sacar a Alfredo Miguel del país y ahora pretende apoderarse de sus empresas, como ocurre con SACSA. Eso sí es corrupción”, dice.

—¿Qué relación tienes con ese Grupo?

—Son mis amigos, solamente.

—¿Se dice que eres socio del Grupo Miguel y que hasta tienes el 50 por ciento de las acciones?

—No. Sólo somos amigos, pero el gobierno ha cometido abuso de poder y les ha fabricado delitos para quitarles sus propiedades y desaparecer sus empresas.

—Pero hay investigaciones fiscales y judiciales que confirman que esos empresarios sí son responsables de varios delitos.

—Yo sé que el gobierno ha abusado en contra de ellos y lo que les hacen es injusto.

—¿Has hecho algo al respecto? ¿Has hablado con tu madre de ello? ¿Has intentado hablar con el presidente para frenar ese “abuso”?

—Con el presidente Fox no puedo hablar de esas cosas: tenemos prohibido, mis hermanos y yo, acercarnos a Los Pinos y mucho menos tratar con él estos asuntos.

—Entonces, ¿has buscado a Gil Díaz?

—No, con él no. No hablo con él.

—¿Alguien más?

—Sí. Hablé con Ramón Martín Huerta [entonces secretario de Seguridad Pública].

—¿Y qué pasó?

—Lo alerté del fraude que se estaba cometiendo al rentar a la PFP [extinta Policía Federal Preventiva] las instalaciones de SACSA.

—¿Qué ocurrió allí?

—Gil Díaz ha perseguido por varios años a los dueños del Grupo Miguel, hasta que logró que le fincaran responsabilidades penales a Alfredo Miguel, presidente del Grupo, quien tuvo que huir del país para evitar ser detenido.

—Pero Hacienda sí comprobó que cometió evasión fiscal, ¿o no? Me parece que por 7 millones de dólares.

—Fue mucho más, pero Hacienda había hecho un acuerdo con él y pagó el crédito, y después ese pago fue utilizado por el fisco para argumentar que con eso se comprobaba el delito. Fue una trampa. Y entonces está prófugo sin deberle nada a Hacienda. Es una injusticia de Gil Díaz, porque hay funcionarios a quienes les ha otorgado el “perdón fiscal”, como al presidente de Tribasa, Alfredo Peñaloza, con quien su sobrino Alfonso Díaz hace negocios.

—¿Qué le pediste al secretario de Seguridad Pública?

—Le dije a Ramón [Martín Huerta] que estaba metido en un grave problema y que podía estallarle en las manos. Que se había cometido un ilícito y que estaba involucrada la Policía Federal Preventiva para beneficiar al sobrino de Gil Díaz con 12 millones de dólares.

—¿Y qué hizo el secretario?

—Está muy preocupado, no sabe qué hacer, porque este caso lo enfrentaría con Gil Díaz y no quiere molestarlo. Pero pidió tiempo para resolverlo.

—¿Y cuál es la participación de Gil Díaz en esto?

—Gil Díaz ordenó una partida extraordinaria, fuera del presupuesto, y esto es fácilmente comprobable, porque ahí están los documentos, para destinar 12 millones de dólares a la renta de las instalaciones de SACSA, para que fueran ocupadas por la Policía Federal Preventiva, y la Secretaría de Seguridad Pública aceptó sin protestar.

—¿Y cuál es el problema de la renta de esas instalaciones?

—Primero, que están en litigio, por tanto no pueden ser rentadas por el mismo gobierno; segundo, el dinero [los 12 millones de dólares] fue triangulado para beneficiar al pariente de Gil Díaz, pues es el representante legal de la empresa Operadora de Aviación General de Toluca, de tal manera que ese dinero fue triangulado hasta los bolsillos de Gil Díaz y de su sobrino Alfonso Díaz. Fue un robo.

De estas entrevistas hay un testigo. Se trata de quien concertó los encuentros y quien escuchó cómo el hijo mayor de Marta Sahagún aceptó que la familia mediaba en Pemex para que le dieran contratos petroleros a Oceanografía.

*Periodista

Mexicano acusa a Citigroup de fraude por 50 mdd El empresario de 73 años perdió la mayor parte de su inversión porque el corredor financiero Rodrigo Curiel invirtió sus recursos sin su consentimiento

ernando Franco, socio de la empresa Grupo Infra, demandó al banco Citigroup y a uno de sus corredores por un presunto fraude en su contra por 50 millones de dólares, según una acusación radicada en una corte de Manhattan.

De acuerdo con la demanda, el empresario mexicano de 73 años de edad perdió la mayor parte de su inversión porque el corredor financiero Rodrigo Curiel invirtió sus recursos sin su consentimiento en transacciones que implicaban valores accionarios y cambiarios.

La acusación, ingresada el pasado 22 de junio, establece que Curiel aprovechó que Franco desconoce el idioma inglés para que le firmara documentos y para ofrecerle estados de cuenta falsificados, que ocultaban las pérdidas reales a las que estaba sujeta la inversión.

‘Este es un caso extremo y escandaloso de un corredor de valores y su empleado aprovechándose por completo de un adulto mayor extranjero que no comprende inglés’, estableció la acusación.

Agregó que la inversión de Franco llegó a ser de 83 millones de dólares en 2007 y luego se redujo a 15 millones de dólares.

‘Los acusados llevaron a cabo cientos de transacciones que causaron que Franco perdiera aproximadamente 50 millones de dólares, y que el acusado Citibank ganara esa misma cantidad en un periodo de cuatro años’, añadió la demanda.

La acusación estableció que Franco se dio cuenta del fraude hasta noviembre de 2010, cuando su hijo Enrique solicitó a Curiel un estado de cuenta a valor de mercado de las inversiones de su padre.

‘Solo entonces Curiel reveló que desde 2007 a finales de octubre de 2010 realizó mil 350 transacciones cambiarias que resultaron en pérdidas sustanciales’, detalló la demanda.

Asimismo, asentó que Curiel admitió ante Enrique que ‘deliberadamente había ofrecido información falsa a su padre durante un prolongado periodo de tiempo al esconder millones de dólares en pérdidas e inflar el valor de otros activos’.

El abogado de Franco, James William Halter, del despacho Liddle & Robinson, no pudo ser localizado por Notimex para ofrecer detalles adicionales sobre el caso, en tanto que voceros de Citigroup explicaron que enfrentarían la acusación por medios legales.

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